Diversidad Funcional

Por: Carmen I. Franco Soto

Trabajadora Social

TANF Prevención-Guayama

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el término discapacidad abarca deficiencias y restricciones que puede sufrir una persona, y que implican problemas que afectan a la estructura corporal, así como limitaciones para llevar a cabo acciones cotidianas y dificultades para mantener relaciones sociales con los iguales.

No obstante, el término diversidad funcional acapara desde el bienestar físico hasta las relaciones interpersonales. Excluyendo las diversas connotaciones que como profesionales y seres humanos le podemos dar, es más importante que nosotros de manera individual nos preguntemos: ¿Qué es para nosotros la diversidad funcional? ¿Quién o quiénes son los rostros de la diversidad funcional?

Cada vez que mencionamos diversidad funcional inmediatamente pensamos en discapacidad, en limitaciones y en rezago. Sin embargo, nunca pensamos en lo extraordinario o en lo excepcional.  Casi por naturaleza estamos condicionados a crear barreras sociales a lo desconocido y/o a lo que nos asusta. Todos somos seres individualistas con talentos diferentes y capacidades inigualables de razonamiento, de éxito y de crecimiento. Entonces, ¿por qué encasillar a una persona por las capacidades que no tiene, en lugar de abrazar las cualidades que nos hacen únicos

Tenemos vecinos, amigos, compañeros, incluyendo en nuestros escenarios de trabajo, enfrentando retos en su diario vivir. Personas con cualidades excepcionales y capacidades extraordinarias encasilladas en un grupo de desigualdad y marginación, todo por lo que la sociedad dicta que no pueden hacer. Muchas veces somos nosotros el único vínculo entre la conciencia y la razón; pero, debido al desconocimiento de una causa menor, coexisten efectos mayores.

Nuestro enfoque tiene que ser redirigido no para resaltar las limitaciones, sino para entender los retos y colaborar en la inclusión de espacios, en especial, en nuestras propias áreas laborales y comunitarias.

Los roles que desempeñamos y la actitud con la que enfrentamos las circunstancias a nuestro alrededor marca la diferencia entre un antes y un después en la vida de un individuo. No somos lo que decimos, pero si lo que hacemos. Seamos gente de conciencia, respeto y empatía en todos lugares donde podamos estar presentes.

Discapacidad no, diversidad funcional sí.

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